El sueño de la vivienda asequible universal ha sido una idea probada por los arquitectos a lo largo de la historia. Desde la absurda Dymaxion House de Buckminster Fuller, una idea de cómo viviríamos en el futuro, hasta casas que se venden por correo que pueden ensamblarse como muebles de IKEA, muchas propuestas han abordado el desafío de crear viviendas asequibles o viviendas que podrían replicarse sin importar el tiempo y el lugar. Sin embargo, aunque el uso de técnicas como la prefabricación y materiales baratos parecía, en teoría, ser capaz de resolver problemas urgentes como la falta de hogar y la crisis global de la vivienda, estas propuestas, a pesar de sus intentos, no han logrado tomar fuerza. ¿Pero por qué?
El laboratorio de investigación de IKEA, SPACE10, está intentando encontrar una respuesta a esta pregunta a través de la colaboración de código abierto (libre acceso). Al publicar su diseño de una micro-casa usando solo un material, una máquina para hacerla y un sitio web de acompañamiento que cataloga el proceso invitando a la retroalimentación, invitan a arquitectos, diseñadores y aspirantes a propietarios a trabajar juntos para crear un solución que podría mejorar las vidas de millones. "La visión", dicen, "es que aprovechando la creatividad y la experiencia colectiva del mundo, podemos hacer viviendas modulares, sostenibles y de bajo costo a disposición de todos y, como resultado, democratizar las casas del futuro".
Históricamente, la primera idea para crear viviendas sociales era la prefabricación. En la era de la posguerra, después de que los bombardeos destruyeran millones de hogares, muchos diseñadores en Europa consideraron como método de construcción el prefabricado para abordar la escasez de viviendas. Jean Prouvé fue uno de estos diseñadores, construyendo su primera "casa desmontable" en 1947. Fabricada en acero y madera sin cimientos, la casa utilizaba una estructura de dos patas llamada "pórtico axial" como elemento de soporte primario. La más pequeña de estas casas tenía solo seis por seis metros y podía ensamblarse en menos de un día. Sin embargo, junto con su casa de aluminio Maison Tropicale construida para las colonias francesas de África Occidental, estas casas nunca tuvieron éxito y fueron en su mayoría desmanteladas o destruidas. Décadas más tarde, una de sus Maisons Tropicales se vendió por $5 millones en una subasta el 2007; irónicamente, los diseños producidos para resolver los problemas de los desposeídos ahora son codiciados como artículos de lujo para los ricos.
Otra idea que ha resurgido en los últimos tiempos es la idea del auto-ensamblaje. A partir de finales del siglo XIX, las casas vendidas por correo se hicieron populares, con Sears (sí, la cadena de grandes almacenes) vendiendo más de 100.000 de ellas entre 1908 y 1940. Con el costo de la construcción en manos del propietario, las casas se hicieron mucho más asequible. Los kits para ensamblar la vivienda contenían alrededor de 30,000 partes con instrucciones. Sin embargo, las ventas de estas casas disminuyeron durante la Gran Depresión y nunca lograron recuperarse.
El método de auto-construcción de Walter Segal es también un ejemplo interesante. Al adaptar los métodos tradicionales de construcción de marcos de madera, el método de Segal eliminó la necesidad de albañilería y enlucido, que son difíciles de completar para una persona común. Su idea era que "cualquiera puede construir una casa. Todo lo que tiene que hacer es cortar una línea recta y perforar un hoyo recto". Al diseñar edificios livianos, simples y baratos, Segal creó un camino hacia la propiedad de una vivienda asequible adaptable y ecológica. En la década de 1970, el Consejo Municipal de Lewisham creó tres pequeños sitios para que las personas construyeran sus casas usando el método de auto-construcción Segal, un ejemplo de cómo la colaboración con el municipio puede llevar a una vivienda más asequible.
Esta idea de auto-fabricación ahora ha sido explorada de una manera fascinante en el trabajo de ELEMENTAL, dirigido por Alejandro Aravena, en el cual a las familias de bajos ingresos se les da media casa y la otra mitad puede auto fabricarse. Esta idea de construcción incremental les permite a las familias expandirse cuando tienen la capacidad de hacerlo, y la primera mitad de la casa es una opción asequible para comenzar. Después de ganar el Premio Pritzker, Aravena lanzó cuatro de sus diseños de vivienda social en línea para libre uso, explicando que esto "descarta una excusa más de por qué los mercados y los gobiernos no se mueven en esta dirección para enfrentar el desafío de la rápida y masiva urbanización". Sin embargo, se ha debatido si la publicación de los diseños en línea es verdaderamente de "código abierto", ya que no reconoce que estos dibujos CAD seguirán siendo inaccesibles para muchas de las personas para las que están destinados. Sin las herramientas y el conocimiento para comprender los dibujos, es difícil para las personas usar y personalizar los diseños para su propio uso.
El enfoque de SPACE10, si bien no agrega nada nuevo a este repertorio de técnicas establecidas, sí las combina de una forma que rara vez se ha explorado anteriormente. Los estudiantes de arquitectura daneses Johanne Holm-Jensen y Mia Behrens investigan el problema de diseño de viviendas de bajo costo, adaptables y sostenibles que podrían ser fabricadas localmente por las personas, pero adaptadas a un contexto global. El resultado fue una micro-casa de 49 m2 construida utilizando solo una fresadora CNC y madera contrachapada con certificado FSC, con un costo total de tan solo $192 por m2. Por lo tanto, combina materiales de fácil origen con la fabricación propia y el elemento de colaboración de código abierto, creando una receta que se siente como si pudiera ser el catalizador para el cambio.
La clave de la idea es el desarrollo de herramientas de fabricación digital, que hace posible que las personas fabriquen las piezas localmente; las innovaciones recientes, como las máquinas de mano CNC, por ejemplo, insinúan un futuro no muy lejano en donde estas herramientas podrían llegar a tener el tamaño de una aspiradora. El hecho de que el diseño de Behrens y Holm-Jensen requiera solo un material y una máquina para la construcción amplía la accesibilidad de la vivienda a aquellos que de otro modo no podrían pagarla, al menos en teoría. Al explorar la fabricación digital y la colaboración de código abierto, su intención es que las personas descarguen, personalicen y mejoren el diseño para lograr adaptarse a diferentes terrenos, paisajes y culturas locales.
De forma parecida al proyecto Wikihouse, que comparte objetivos y métodos similares, el método de colaboración de código abierto de SPACE10 permite un diseño al que cualquier persona puede acceder. Sin embargo, mientras que el proyecto de Wikihouse se presenta a sí mismo como un sistema, el enfoque de SPACE10 es mucho más abierto con más espacio para cambios de diseño y mejoras. El objetivo de SPACE10 es encontrar una solución de vivienda que sea asequible, universal y sostenible, y admiten que aún no han encontrado la solución. Aquí es donde entra en juego la colaboración de código abierto, en lugar de simplemente obtener acceso a una gama de archivos de diseño y plantillas para cortar los materiales, al colaborar en el proyecto estás agregando tu contribución al objetivo utópico de la vivienda universal.
De manera similar, aunque los intentos previos de realizar el sueño de la vivienda asequible para todos se presentaron como sistemas completos e inalterables, cada uno con sus propios problemas únicos intrincados en el diseño, la flexibilidad de la propuesta de SPACE10 puede significar que tiene más posibilidades de éxito. También es interesante notar que con muchos de los ejemplos anteriores, el desarrollo de nuevas tecnologías fue el catalizador y el motor de su éxito: las casas pedidas por correo de Sears fueron posibles gracias a la construcción del ferrocarril, mientras que las casas desmontables de Prouve fueron posibles debido a la prefabricación en fábrica. El diseño de SPACE10, las tecnologías de las redes en línea y accesibilidad, y de máquinas de fácil uso que no existían hace 10 años, hacen la diferencia entre el siglo XX y el siglo XXI, mostrando las actitudes actuales sobre cómo podemos lograr nuestro futuro utópico.
Aunque las propuestas del pasado no han tenido el éxito esperado, la razón por la que los arquitectos han intentado resolver este problema una y otra vez se debe a la sensación de que la respuesta está al alcance de la mano. Con los avances tecnológicos en la fabricación digital y la participación creativa de muchos, tal vez el futuro de la vivienda asequible universal finalmente esté aquí.
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